Después de mucho divagar y tras días de silencio y observación, me digno a escribir estas fútiles líneas que vienen a mostrar el desencanto de muchos españoles respecto al panorama actual. No es que España vaya mal, España, amigüitos, no va. En un intento por “renovar” nuestra imagen frente a Europa y el mundo, se distorsionan todos y cada uno de los ámbitos de la vida en nuestro país pensando que será lo más correcto para adaptarnos a las “mejoras” que nos proporcionará dicho cambio. Al estilo de los ensayistas del siglo XVIII. Pero si Jovellanos levantara la cabeza y viese este fiasco al que denominan personajes tan duchos como su santidad Pepelu, “reformas”, retrocedería voluntariamente a su lecho.
Y es que existe una excelsa diferencia entre “cambio” y “perversión”. Pero llegados a este punto, existe tal macedonia de palabros y definiciones, que ni la Real Academia Española de la Lengua, templo de nuestra cultura, es capaz de establecer la explicación correcta del término “franquismo” que exige la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Y es que siempre han establecido los grandes sabios y eruditos españoles, como nuestro gran ejemplo de inteligencia, elegancia y glamour, nuestra gran amiga… perdón, amig¿o?, El Golosina, que es mejor vivir en el pasado y luchar por lo que está enterrado y polvoriento, que ensuciarse las manos con temas presentes de gran alcance social. Sí, señor, entonces, pues, podemos definir que la actitud social española puede catalogarse en diferentes grupos de acuerdo a su comportamiento para con el Gobierno.
Los pachangueros: Dícese del grupo de entes que pululan por la región española sin oficio ni beneficio, exigen retribuciones por parte del Estado y los demás ciudadanos, por su ardua labor relativa a la ingesta de alcohol de antro en antro. Suelen hallarse en la cola de un edificio llamado INEM o en la periferia de iglesias o mercados con la mano tendida hacia el viandante como muestra de afecto, mantienen una postura facial que incita a la compasión, y suelen cargar con carteles tipo “tenjho siete igos, no tenjo travajo, tenjo huna mujer ha la qe halimentar”; “hestoi hen el paro, por caridad”; o “necesito dinero pa volver a casa”. Existe el riesgo de confusión con personas pobres, que se ven afectadas por estas prácticas y tildadas de pachangueras.
Los protestantes: Dícese de aquellos especímenes que viven en “aquellos maravillosos veint… setenta”. Su función es similar a la de la mosca cojonera de Finlandia del Noroeste. Consiste en emitir alaridos por medio de útiles y modernas herramientas de última tecnología como altavoces “made in RPC” (Atención, los productos que a partir de ahora compren en el bazar mandarín, o en cualquier otro lugar, ya no rezarán “made in China”, debido a que los Chinos son muy, muy listos, y hacen frente a la crisis changeando su nombre, en lugar de China, República Popular China, RPC, o en inglés, PCR), o simplemente empleando sus manos como elevador sonoro. Reclaman la III República ( en la ciudad de León, por los lares universitarios organizaron la “Bicicletada Republicana”, ¡qué majus ellos, qué bien se lo montan!) o la abolición de la tauromaquia, ya hecha efectiva en el país catalán ( una genial iniciativa que traerá consecuencias escabrosas para los verdes, como la extinción del toro, y como consecuencia, de la vaca, lo cual, no les importa, porque pretenden acabar con la carne envasada. Se rumorea que Pepelu concederá una rueda de prensa para dar el último adiós a Campofrío, Rumasa, Oscar Mayer y Embutidos Rodríguez (Siguiendo la tradición). ¡Neneeees! Hoy no hay ternera, ¡tenemos tofu y hojas de parra, así las emplearemos para la vestimenta, y para la alimentación, y cumpliremos dos premisas supermegahiperimportantes: acabar con la raza humana por falta de proteínas y aminoácidos superhipermegaesenciales, osea; y suplir la industria textil por la vegetal, los jerseys de lana sucumbirán ante… ¡el parratex! (hojas de parra)¡Yupi! AVISO: Si su hijo nota que se comienza a poner verde, no se altere, Hulk llevaba una vida social muy satisfactoria).
Y esto es solo una pequeña porción de nuestra colección, que emitiremos por fascículos, “Perlas de España”. En la próxima entrega, los “Políticos Solidarios” y los “Patriotas de 90 Minutos”.
Y mientras tanto y cuanto, nos encontramos que el IPhone 4 se lanzará al mercado pese a sus fallos. En este sentido, no se hace visible la crisis, pues hasta los consumidores se quejan altivos de la mala calidad de este aparato que venderán tres operadoras en nuestro país. Los ciudadanos pueden fardar de que tienen un IPhone, a pesar de tener a sus espaldas una hipoteca de un piso ruinoso a 40 años con más intereses que Falete michelines. Es entonces cuando se comienzan a pedir los denominados “Créditimos”, esos créditos que aparecen en los anuncios publicitarios con vistosas letras en horario matutino, cuando las amas de casa se encuentran viendo programasbasura donde un tío musculoso recibe llamadas de su propio realizador para intentar resolver “por dónde Anda Lucía” o para que le dé un nombre que acabe en L que esté en la sopa de letras y que no sea “subnormal”. Les sonarán puesto que la frase que más se repite en dichos anuncios de Creditimos es: “ ¡3000 euros en 24 horas tras aceptar mi solicitud!”
Eeeeeeeen fin. Tras mi sucinta y brevísima apología de la sociedad, concluyo con un Viva España, que ahora se lleva (ya no es de fachas), y con una ovación a nuestros redentores del Gobierno, que no dejan de sorprendernos. Día a día, somos más los ciudadanos a los que nos ven la cara de idiotas, día a día, gana el televisor, y España, va peor.
Ana Esther.
Nuestros informativos en 4 minutos.
jueves, 29 de julio de 2010
viernes, 2 de julio de 2010
Valores
Una vez más se da uno cuenta de
lo aislado y absurdo que se encuentra uno en este mundo globalizado. Esas
personas que no nos gusta lo ahora llamado común que nos tomamos la vida muy pero que muy relaja, despacio, sin vicios
concretos pero que a pesar de todo disfrutamos de la cosa más insignificante
para la gran mayoría; un atardecer, ver una tormenta, o simplemente sentarse
pacíficamente a la sombra de un pino mientras ves como se va a dormir tu
ciudad.
Hoy día, por mucho que nos pese a
los que nos pese eso está entrando en una gran decadencia, haciéndonos especies
en grave peligro de extinción. No por ser una minoría o porque haya gente a la
que le guste eso aparentemente aburrido significa que es lo mejor, en realidad
es una manera de enfocar la manera de vivir, un tranquilidad de espíritu necesaria
para vivir y relacionarnos con la mayor armonía posible entre todos. Está claro
que disparidad de criterios hay y habrá siempre, pero eso es bueno, aunque
exista gente que piense lo
contrario; en esa controversia se fundamenta la mayor de las riquezas del ser
humano, es esa variedad y disparidad de criterios que hacen de nuestra
condición de seres inteligentes un crisol de saberes, formas de pensar,
opiniones y facetas de una misma cosa de lo más dispar, tan diferente como
personas hay en el mundo.
Evitemos pues caer bajo esta forma de subyugación y sometimiento que es
la nueva sociedad moderna, que como no puede ser de otra manera tiene y debe
avanzar pero en una dirección que no es la actual.
Por otro lado existen visiones
catastrofistas de de lo que nos acontece y de la realidad actual de la
juventud, si existen es porque hay algún fundamento cierto en el que se
sustentan pero; no todo es así, existe jóvenes hoy día tan válidos o más que
las anteriores generaciones, existe la gente buena, solidaria y aquella que
nunca pierde la sonrisa por muy mal que lo esté pasando. Esa es la gente que en realidad vale
y que por el ruido de unos pocos y en muchas ocasiones encargado no muestran la
realidad que debajo hay.
Saber donde están los limites, la
responsabilidad y regir tu conducta respecto a unos valores y una moral bien
definida es primordial pero de los errores se aprende, y evitarlos no es
siempre la mejor solución, no hay mejor método que caer en las trampas de la
vida para darse cuenta de la opción correcta. Aun así y a pesar de tener la
evidencia delante de nosotros la negamos y la evitamos ya sea por miedo o por
cualquier otra razón, pero algo es seguro y es que los corazones intrépidos,
aquellos que arriesgan encuentran la verdadera felicidad, pues vale más un
corto lapso de felicidad que no una vida entera de lamentaciones y comedura de
cabeza pensando en cómo habría sido de la otra manera, lo en economía llaman
coste de oportunidad, a veces esos costes nos pueden llevar a la ruina.
Pese a todo, y aunque suene a
catástrofe y devastación sobre esto tiene que primar un positivismo y una
alegría por lo nuevo y desconocido que es algo que nos caracteriza a la
juventud y que esa llama ahora avivada por la apertura a un mundo nuevo no se
extinga a lo largo de la vida, pues ella es la que nos iluminara al o largo de
ella, ese interés por lo desconocido que es lo que nos caracteriza como
hombres.
PABLO J.
PABLO J.
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