¡Nochebuena para todos!

      “Por fin, ¡Navidad!” Este es quizá el pensamiento más repetido durante los últimos días, en los que adoptamos una actitud alegre y festiva, sin percatarnos de lo que realmente predomina en estas fiestas. Mientras disfrutamos de nuestros copiosos banquetes familiares, en nuestro país, y cada vez, en más lugares, está produciéndose un cúmulo de problemas que nos afectan en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Ante todos estos dilemas, tanto el gobierno como la oposición, predican sin cesar gloriosas soluciones sin llegar a su cumplimiento. Y, cuando se ven abocados al fracaso, intentan engañar a los ciudadanos generando nuevos problemas que les van a resultar muy fáciles de resolver, o agravando los ya existentes, que, desde hace tiempo tienen un sencillo desenlace.
       Este es el caso de la denominada “gripe A”, también conocida como virus h1n1. Primero fue la enfermedad de las vacas locas, o “encefalopatía espongiforme bovina”, a continuación, la gripe aviar, que, actualmente le ha cedido el turno a la gripe A. Que la gripe existe es un hecho. Y que tiene diversas ramificaciones también. Pero en esta tesitura de sucesivas enfermedades cabe preguntarse si de verdad es tan peligrosa como se nos dice o si nos están “vendiendo la moto” intentando que gastemos ingentes cantidades de dinero en fármacos que no son más que simple “tamiflu”, quedando de este modo beneficiadas las empresas farmacéuticas. Ahí lo dejo al gusto del consumidor.
       Por otro lado, nos tropezamos con la renombrada crisis. ¿Crisis? ¿Alguien ha dicho crisis? ¿Dónde? Los políticos parecen evitar este término. Pues bien, señores, la crisis existe. No hay más que comprobar los recientes sondeos que muestran que los españoles gastaremos un 19,2% menos en estas fiestas. Y eso al que le es factible. Porque no todo el mundo dispone de los 735 euros que se han señalado como media de gasto. Pero el consejo del gobierno es simple: ¡Eviten las compras compulsivas! No busquen soluciones, no, reduzcan el gasto, aunque todo siga decayendo.
      Y seguimos, y seguimos, recorriendo este largo peregrinaje, de problema, en problema, step by step. El siguiente que nos toca es el cambio climático. Recientemente, la agencia EFE ha publicado: “España usará la presidencia europea para "ensanchar" el acuerdo de Copenhague […]ha lamentado el resultado de la cumbre del Clima, que ha acabado sin compromisos concretos y vinculantes y con un texto final que ha sido negociado entre Estados Unidos, China, India y Brasil.” Qué decir. Era de esperar. Un auténtico fracaso. A las grandes potencias mundiales no les interesó nunca, ni les interesará, detener el cambio climático. A todo esto, el director ejecutivo de Greenpeace se ha mostrado indignado, señalando que el resultado final ha sido desastroso. La organización internacional estima que, para el año 2010, no se habrá reducido el 40% deseado de las emisiones, sino la mitad. Y me detengo en este punto.
      Todos estos problemas tienen un elemento común: todas las soluciones que se persiguen ya no son más que meras utopías. Llegados a este punto, lo que realmente resulta relevante es crear nuevos conflictos para esconder la realidad. ¿Por qué no elaborar una colección titulada “Ideas disparatadas para momentos de crisis”? Fascículo primero: ¿Por qué no combatimos la superpoblación esterilizando cigüeñas? Seguramente que nuestros optimistas políticos lo tomaran en cuenta. En vez de crear puestos de trabajo y solventar el paro, ¡inviertan en la esterilización de las cigüeñas! Quien sabe…
      Al igual que Sócrates empleaba la ironía y la mayéutica como medio de conocimiento, la “moda” actual es la discusión. Un continuo pasatiempo. Unas veces le toca al PP por parte de los socialistas, otras, al PSOE por parte de los populares. Y los ciudadanos nos encontramos igual que en un partido de tenis de Nadal o Verdasco girando la cabeza hacia uno u otro lado.
      Por eso, mis deseos para estas Navidades son los siguientes, que expondré brevemente para no asemejarse al pronunciado por Su Majestad:
      1. No malgasten su dinero en regalos, alimentos ni donativos, sino en medicamentos, remedios contra la gripe y, por supuesto, en el caso en el que se dispongan a regalar música, compren discos originales, no piratas, aunque eso signifique su empobrecimiento, y háganse socios de la llamada sgae, una sociedad altruista que solo persigue el bien común, cuyo lema es “paz y amor hermanos, mientras vosotros gastáis en nuestra música, de la cual el 70% es basura, nosotros nos enriquecemos a costa de los altos precios a los que se venden los discos.”
     2. No busquen trabajo, y preocúpense mejor por cuidar su salud y no realizar esfuerzos excesivos.
     3. Diálogo, talante, y educación obligatoria hasta la mayoría de edad son conceptos clave para la salida a flote del país, ya que disminuirán las cifras del paro y tendremos más ¿pitagorines? en nuestras aulas y escuelas.

     Feliz Navidad a todos y próspera cuesta de Enero.

     Ana.