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miércoles, 19 de mayo de 2010

¡Españoles! Esta noche cenaremos, ¡en el infierno!

          Miércoles, 19 de mayo del 2010. En los últimos días una incesante cantidad de noticias acerca del recorte salarial que sufrirán los funcionarios nos bombardean en los medios. Cada cual, expone su versión, unos más pesimista, otros, observan atisbos de esperanza en esta reforma, como si la culpa de la economía decadente española la tuviesen única y exclusivamente los funcionarios, y esperando fervorosamente que esta enmienda lleve a la economía a flote.


          “El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha avanzado que el conjunto de medidas que el Gobierno aprobará mañana para acelerar el recorte del déficit público se completará en un futuro con una subida de impuestos a las rentas más altas. Esta es la situación actual del sistema fiscal para los que más tienen.” El País.

          “Los trabajadores públicos pueden asumir que se les baje el sueldo, pero no que se les señale como los culpables del déficit en un discurso populista y que no se tengan en cuenta otros métodos más eficaces para recortar el gasto de las administraciones, como la reducción de altos cargos en las empresas públicas.” Expansión.

          Por otra parte el sindicalista, ese gran mesías del trabajador humilde, busca recurrir la reforma gubernamental alegando que vulnera el acuerdo de Negociación Colectiva de la Función Pública, y los Presupuestos Generales del Estado.

          A su vez, en el Diario Siglo XXI, Francisco Rodríguez Barragán, expone en su artículo: “Me causa tristeza que la medida anunciada de rebajar el sueldo a los funcionarios, sea motivo de satisfacción para muchos españoles que, obviamente no son funcionarios. He sido casi toda mi vida activa funcionario y tengo que reconocer que gozamos de mala fama. Se nos juzga siempre por el comportamiento del peor y todo el mundo tiene la queja de aquella vez que no le atendieron como esperaba o rechazaron su petición o sus alegaciones o le impusieron un recargo. Para el mundo laboral, cuyos puestos de trabajo pueden perderse en cualquier momento, la estabilidad de lo funcionario es motivo de envidia, aunque nadie sabe lo que puede pasar con todos si la crisis no se soluciona. La mayor parte de los funcionarios, que verán rebajados sus sueldos, son los administrativos, auxiliares y subalternos con sueldos bastante modestos, mileuristas en la terminología actual. Pero es lo fácil para un Gobierno como éste que, al parecer, ha perdido el norte y la credibilidad.”

          En esta tesitura, la canciller alemana, Ángela Merkel, nos aconseja austeridad. BBVA, emite informes esperanzadores señalando que la deuda pública española es mucho más baja que la de diversos países europeos. Esperemos que estén en lo cierto, y que este mensaje salvador no sea ilusorio y una mera pantomima.

          Es bien sabido que, como todas, esta “renovación” tiene sus puntos favorables y negativos. Los recortes salariales son necesarios en esta época de crisis en la que nos hallamos, y ante este pánico y recelo de sumirnos en la miseria que acucia Grecia.

          Pero mientras tanto, echemos mano del salario de los funcionarios, sí, hombre, como esos tipos amorales de la administración que se pasan el día entero fumando el cigarrillo en la calle, o tomando tantos cafés que se conocen todos los tipos habidos y por haber, o pintando la mona en los pasillos. Sí, total, les emplearemos de “conejillos de indias”. ¿Que se quejan? La gente les odia. Los más de cuatro millones de parados españoles les detestan. Nadie levantará queja. Un negocio redondo. Pero nosotros seguiremos con nuestros sueldazos de vértigo, eso sí, tendremos que aparentar, no llevaremos a cabo nada referente a nuestros ingresos hasta que su benevolente alma Pepe Luis, no concrete las medidas estimadas. “El Parlamento abordará la rebaja del sueldo de los diputados cuando el Gobierno central concrete las medidas.”

          No vamos a negar que realmente sobran funcionarios en algunos sectores. Porque es una realidad. Los llamados “enchufes” abundan, o abundaron en su época, dado que actualmente, debido a la acuciante y renombrada crisis no se llevan tanto a cabo. Pero la crisis, señores, ha sido motivada, entre otras cosas, por este tipo de contratos, el analfabeto sobrino del director de turno al que se le hace fijo por su hermoso y santo rostro, mientras que personas con su oposición aprobada, se mantienen haciendo cola en las interminables oficinas del paro.

          Como siguiente recurso nos quedan los pensionistas, sí, esos viejos chochos, que cotizaron toda su vida, desde los ocho o diez años, que levantaron el país con su esfuerzo, sin tecnologías, sin ayuda, sin queja, sin poder acceder a una educación gratuita, matándose por sus familias, y que ahora se hallan abandonados a su suerte porque “pueden sobrevivir de sobra con un mísero e ínfimo salario.”

          Y en medio de esta macedonia, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá declara: “Si aceptar regalos es cohecho, todos los políticos tenemos que ir al Tribunal Supremo”.

          ¡Continúa la lucha por la obtención del Estado español! Cospedal avanza por la izquierda del área, centra desde la izquierda pero, ¡no logra rematar debidamente! Tiro de esquina para Solbes. Carme Chacón centra desde la derecha, tira a puerta y… ¡España ha quedado en manos del portero, el gran, el increíble, el magnánimo, el espectacular… Mariano Rajoy! Fin del partido, parece que hay un nuevo empate en la liga del bipartidismo español. Los humildes equipos de segunda deberán esperar la próxima ocasión para ascender. La afición grita desbocada, clama a gritos más espectáculo, al igual que los romanos acudían al circo a disfrutar con las masacres. No contentos con ello se lanzan improperios como solo ellos saben hacerlo. Los líderes de ambos equipos se sienten dioses ante las masas. Se crecen. Se envalentonan. Se animan. El público se acelera. España, mañana será otro día. Otro pusilánime e insulso día de partido interminable.

          Ana Esther.

jueves, 6 de mayo de 2010


El siglo XXI, siglo de lo digital, del sosiego social… ese siglo en el que pensamos que todo lo tenemos conseguido pues los grandes hallazgos para el ser humano contemporáneo ya han sucedido (guerras mundiales, llegada a la luna la era digital internet) estamos en la era de la gran revolución de la información iniciada por unos pioneros halla en los años 20…
Realmente hasta aquí parece el hombre con todo lo que ello significa ha avanzado en no más de ciento diez años lo que en casi 300 había conseguido, pero… no es oro todo lo que reluce, ni mucho menos. Hemos sido capaces de desarrollar las mayores miserias y lacras que jamás se pudieron ver de todo tipo. Pero ya no en el ámbito colectivo, si no en el personal. Hemos sido capaces de desarrollar un sentimiento individualista, posesivo y relativista que no nos conduce al avance social iniciado por los ilustrados en su tiempo. Es evidente que moralmente estamos retrocediendo en no más de ciento diez años lo conseguido en no trescientos sino en un recorrido de millón y medio de años en el que el ser humano ha caminado a través de los tiempos superando miserias, lacras, esclavitud, fascismos comunismos y dictaduras que  todavía se mantienen hoy día; incluso ¡hemos superado glaciaciones!.
Pero en verdad, desde un punto de vista no muy catastrofista y si realista está claro que no es un camino del todo aconsejable el que está llevando nuestra sociedad.
En el caso concreto de España, que es el que más cerca tenemos, si os habéis fijado , nuestra sociedad está tornando y transformándose en algo que no es en realidad, las nuevas generaciones tienen la obligación moral y deber de avanzar respecto las anteriores, siempre que estas lo permitan , claro. Lo más reciente que tenemos en estos momentos, como ejemplo de ese resentimiento desenterrado, es el caso del juez Garzón,  con sus apoyos y detractores.
Sin entrar a la polémica que ha suscitado es realmente penoso ver como se encargan de minar los fundamentos básicos de la democracia española así como del movimiento solidario y de reconciliación más grande que este país ha conocido jamás, estoy hablando de la TRANSICIÓN. Utiliza como modelo a seguir por muchos otros países y que gracias a una pandilla de folclóricos, y políticos de pacotilla se encargan de desprestigiar desenterrando antiguos odios, ya no entre españoles, sino entre HERMANOS.
Pensé que los mismos intelectuales y representantes del arte en este país, que un día hicieron posible esa conciliación, apoyarían el no resurgimiento de antiguos fantasmas… pero no, ¡qué gran desilusión! Ellos también están contagiados de esa especie de estupidez generalizada empezando por el gobierno, pasando por los SGAEs, y acabando por la oposición.  Qué gran desilusión.
Pero que este desencanto que sentimos no frustre nuestras esperanzas puestas en los proyectos de futuro que tenemos, porque si en algo se fundamenta la democracia, que algunos intentan boicotear, es en que la soberanía reside en el pueblo, y con poder de decisión a lo largo de la historia hemos sido capaces de superar escollos de mayor dificultad.

Pablo J.